En el proceso de fraguado del concreto, la temperatura juega un papel crucial. La hidratación del cemento genera una reacción exotérmica, lo que aumenta la temperatura de la masa de concreto. Aunque esta temperatura alcanza un punto máximo y luego se equilibra con el entorno, es necesario controlarla para garantizar la durabilidad y resistencia del concreto.
La norma ACI 301-10 establece especificaciones para el concreto estructural, recomendando controlar la temperatura en elementos masivos. Se sugiere que la temperatura no supere los 70°C, ya que esto podría afectar la durabilidad del concreto y provocar la formación tardía de etringita, un compuesto expansivo que puede generar fisuras y reducir la resistencia.
Adicionalmente, se recomienda monitorear el delta de temperatura entre el núcleo del concreto y la superficie para evitar fisuras por choque térmico. El ACI 301-10 Numeral 8.1.2 establece un valor máximo de 19°C,sin embargo, se admite 20°C como valor de referencia propuesta por varios autores (PCA Diseño y Control de Mezclas de Concreto 2004).
Por último, la velocidad de descenso de la temperatura es otro factor relevante para controlar, ya que un enfriamiento muy drástico podría afectar las propiedades mecánicas del concreto. La referencia indica velocidades de enfriamiento entre 0.46°C/h y 1.17°C/h en zonas de congelamiento, pero se ha encontrado que una medida para zonas de no congelamiento este gradiente no debería superar los 2°C/h medidos en intervalos amplios de tiempo (intervalos entre 2 y 4 horas).
Bajo esta normativa, si se hace necesario controlar la temperatura del concreto para disminuir riesgos de durabilidad en elementos masivos en estos tres aspectos: Temperatura Máxima, Delta de Temperatura y Gradiente de descenso. Existen equipos de control y monitoreo de temperatura del concreto como lo son los RTC PRO.
Ahora bien, ¿Qué se considera un elemento masivo de concreto?
La estructura se considera masiva cuando las dimensiones estructurales de la difusión de calor excede la longitud de difusión de calor de hidratación. Esto ocurre cuando las dimensiones mínimas de la sección transversal de un elemento estructural se aproximan o exceden de 2 a 3 pies (60 cm a 90 cm o cuando se utilizan contenidos de cemento por encima de 355 kg/m3.
Dependiendo del volumen de concreto y las características del elemento a vaciar, se recomienda utilizar un número adecuado de equipos RTC PRO para ubicarlos estratégicamente. Estos equipos permiten un monitoreo representativo del desarrollo de la temperatura del concreto. La información es analizada y presentada gráficamente en la plataforma web para el respectivo seguimiento o trazabilidad por parte de los ingenieros del proyecto o interventoría.
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Autores:
Ing. José Gabriel Marín V.
Ing. Natalia Arango L.